
–El grillo. 1923–
Música porque sí, música vana,
como la vana música del grillo,
mi corazón eglógico y sencillo
se ha despertado grillo esta mañana.
¿Es este cielo azul de porcelana?
¿Es una copa de oro el espinillo?
¿O es que en mi nueva condición de grillo
veo todo a lo grillo esta mañana?
¡Qué bien suena la flauta de la rana!
Pero no es son de flauta: es un platillo
de vibrante cristal que a dos desgrana
gotas de agua sonora. ¡Qué sencillo
es a quien tiene corazón de grillo
interpretar la vida esta mañana!
A un lejano grillo
–De otro cielo. 1952–
Ya no entiendo tu voz, músico de oro
que fue en mi corazón joya del día
hoy que es corona de mi frente fría
de aves nocturnas el doliente coro.
Otros dicen que aún oyen tu sonoro
alegro juvenil, como solía,
en la hoja verde en que la mano mía
te colocó con natural decoro.
Obra es del tiempo y del amor perdido,
y de la vida que se puso grave.
Veo el milagro, ignoro su sentido.
Soy el que ayer sabía y ya no sabe.
Devuélveme, oh amor, la rota clave
de mi voz, de mi vista, de mi oído.
EL Grillo y otros poemas. Eudeba. Bs.As.1972.
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