...El incesto
César informa que, antes de cruzar el Rubicón y marchar sobre Roma, soñó que cohabitaba con su madre. Como es sabido, los desaforados senadores que terminaron con César a golpes de puñal, no lograron impedir lo que estaba dispuesto por los dioses. Porque la Ciudad quedó preñada del Amo (“hijo de Rómulo y descendiente de Afrodita”) y el prodigioso retoño pronto fue el Imperio Romano. Rodericus Bartius, los que son números y los que no lo son (1964)
El sueño de Sarmiento
En Nápoles, la noche que descendí del Vesubio, la fiebre de las emociones del día me daba pesadillas horribles, en lugar del sueño que mis agitados miembros reclamaban. Las llamaradas del volcán, la oscuridad del abismo que no debe ser oscuro, se mezclaban que sé yo a que absurdos de la imaginación aterrada, y al despertarme de aquellos sueños que querían despedazarme, una idea sola quedaba tenaz, persistente como un hecho real ¡Mi madre ha muerto!... Por fortuna, téngola aquí a mi lado, y ella m e instruye en cosas de otros tiempos, ignorados por mí, olvidadas de todos. ¡A los setenta y seis años de edad, mi madre ha atravesado la cordillera de los Andes, para despedirse de su hijo antes de descender a la tumba! Esto sólo bastaría a dar una idea de la energía moral de su carácter.
D.F. Sarmiento, Recuerdos de Provincia (1851)
Libro de Sueños. Jorge Luis Borges (antólogo). Torres Agüero Editor. Bs.As. 1976.